
Con profundo gozo y gratitud en Dios, la Delegación de las Religiosas de Santa Marta en América Latina vive el aniversario de la fundación de la Congregación, que este año cumple 147 años de vida al servicio del Evangelio, bajo la inspiración del Beato Tomás Reggio, su Padre Fundador.
En un mensaje dirigido a las religiosas de Santa Marta de la Delegación, Madre Ana María Cañete Rives expresó su afectuoso saludo y recordó el “audaz tentativo” iniciado por el Beato Reggio, que al amparo de la Divina Providencia continúa dando frutos en la actualidad. Dichos frutos, señaló la Madre, se manifiestan en la vida donada de cada religiosa, en las obras apostólicas que sostienen y acompañan a tantas personas, y en el compromiso de los Amigos de Betania que difunden con fervor el carisma en sus entornos.
Madre Ana María invitó a renovar la fraternidad en las comunidades, a vivir la fe y la caridad en la acogida mutua, y a conservar el espíritu que el Padre Fundador imprimió a la Congregación, cultivando las virtudes que él propuso: humildad, fe, caridad, mortificación y alegría.
“Sigamos viviendo el hermoso carisma que nuestro Padre nos regaló, al estilo de Betania, en la simultaneidad de acción y contemplación: una acción constante y silenciosa al servicio de Jesús vivo en cada hombre, y un recogimiento profundo que busque ante todo a Dios y su amor como el único bien necesario”. Expresó la Madre Delegada.
Finalmente, la Madre Ana María invitó a orar con insistencia por la pronta canonización del Beato Tomás Reggio, recordando sus últimas palabras, que resumen su entrega total a la voluntad divina: “Dios solo, Dios solo me basta; se haga en todo la Voluntad de Dios.”