Sor Eliana Martinelli: “Fue un momento de alegría profunda y de bendición para todas nosotras”

La comunidad de la Casa de Reposo de las Religiosas de Santa Marta vivió una momento único e inolvidable con la visita del Papa León XIV, quien sorprendió a las hermanas, residentes y trabajadores con su cercanía, humildad y palabras llenas de esperanza.

La superiora de la comunidad, Sor Eliana Martinelli, relató que la visita nació del deseo de las hermanas, las ancianas residentes y el personal quienes le pidieron escribir una carta al Santo Padre. “La redactamos juntas y la enviamos. Pasaron semanas sin respuesta, hasta que hace tres días recibí una llamada inesperada: ‘El Papa irá a visitarlas el lunes 21 a las 10:25’. Fue una conmoción llena de emoción y alegría”, señaló.

A su llegada, el Pontífice se dirigió primero a la capilla para orar en silencio frente al Santísimo. Luego, se encontró con las religiosas y residentes, acompañado por el capellán de la casa y el párroco de Castel Gandolfo. El ambiente fue festivo y fraterno: se cantaron himnos a la Virgen y al Jubileo, y el Papa agradeció emocionado la acogida.

En sus palabras, el Papa León XIV expresó:
“Ayer leímos el Evangelio de Santa Marta. Me encuentro aquí, en esta casa de las religiosas de Santa Marta, y siento que, como Marta, ustedes me han acogido con cariño. Gracias por sus oraciones. Las necesito. Recen cada día por mí”.

Durante su visita, el Papa saludó una por una a todas las hermanas, residentes y trabajadores compartiendo con cada una un gesto o una palabra. La comunidad le obsequió una iconografía de la Sagrada Familia y una ofrenda para sus obras de caridad. “Él la recibió con gratitud y se despidió con una sonrisa desde su automóvil”, relató Sor Eliana.

Para todas fue un regalo divino. “Desde que supieron que venía, no podían contener las lágrimas de alegría”, comentó la superiora. “Su presencia fue un mensaje de esperanza y de cercanía pastoral”.

Este encuentro renovó el espíritu de toda la comunidad. “Nos impulsa a fortalecer nuestro vínculo con el Papa, con la Iglesia y con los más necesitados. La sencillez y la acogida siguen siendo caminos profundos de evangelización”, concluyó Sor Eliana.