
Las Religiosas de Santa Marta se unen con profundo pesar a la Iglesia de Chile ante el fallecimiento de Monseñor Alejandro Goic, pastor que dejó una huella en las comunidades eclesiales y en la sociedad chilena.
La Familia Religiosa presenta sus condolencias a toda la Iglesia, a la Conferencia Episcopal y a las diócesis de Punta Arenas, su Iglesia de origen, Concepción, Talca, Osorno y Rancagua, donde Monseñor Goic ejerció su ministerio episcopal, acompañando con cercanía a sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos.
La Congregación de Santa Marta ora por su eterno descanso, recordando con gratitud los momentos compartidos en las distintas diócesis donde su servicio pastoral se encontró con la misión de las Religiosas de Santa Marta.
Confiamos en la fe que Monseñor Goic ya goza de la presencia de Dios, y en su vida de pastor encontramos un testimonio que evoca la figura del Beato Tomás Reggio, quien también dedicó su ministerio episcopal a buscar una vida más justa para los más pobres y desposeídos.
Monseñor Goic desempeñó un rol protagónico en la Iglesia y en la vida pública del país. Fue presidente de la Conferencia Episcopal de Chile entre 2004 y 2010, y presidió el Consejo Nacional para la Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas desde 2011, impulsando políticas de protección y apoyo a quienes más lo necesitaban.
Su voz se alzó con fuerza en temas de justicia social y contingencia nacional, destacando su apoyo a los trabajadores de la Mina El Teniente en 2007, su planteamiento del “sueldo ético” en 2009 y su permanente denuncia de las “desigualdades escandalosas”, así como su preocupación por los inmigrantes y las personas privadas de libertad.
Como Familia Religiosa, recordamos con gratitud la cercanía y el acompañamiento que Monseñor Goic brindó en las comunidades educativas y pastorales donde compartimos misión. Hoy oramos para que Chile, nación a la que él sirvió con entrega, continúe avanzando en paz, equidad y fraternidad.