El pasado 31 de mayo de 2025, se realizó en la comunidad educativa de Santa Marta de Coquimbo el Encuentro Zonal de Pastoral Familiar, que reunió a los agentes pastorales de las comunidades de Vallenar, Coquimbo y Valparaíso. Fue una jornada marcada por la fe, la reflexión y la alegría del encuentro.
Este momento de comunión eclesial se vivió bajo el llamado del Año Jubilar propuesto por el Papa Francisco, en sintonía con el espíritu que inspira también el Papa León XIV: ser Peregrinos de Esperanza, una invitación a renovar nuestro compromiso en la vida familiar y comunitaria desde la fe, el amor y la confianza en Dios.
Durante el día, los participantes tuvieron la oportunidad de reflexionar profundamente sobre cómo ser portadores de esperanza en sus hogares, reconociendo que Dios ha depositado su confianza en cada uno de nosotros para transformar nuestras familias en verdaderas iglesias domésticas.
En este sentido, se vivieron espacios de oración, diálogo y escucha que fortalecieron el vínculo entre las comunidades presentes.
Uno de los momentos de la jornada fue la intervención de Angélica Olivares, psicóloga del Colegio Santa Marta de Coquimbo, quien compartió herramientas prácticas desde la psicología para fortalecer la vida familiar: el manejo emocional, la identificación de sentimientos, la gestión de conflictos y la integración con la espiritualidad, la oración y el amor.
“La familia es el primer espacio donde nace la esperanza. Gestionar nuestras emociones, unirnos en oración y reconocernos como comunidad llamada al amor, nos permite crecer como personas y como creyentes”, compartió Angélica Olivares.
La jornada fue vivida con entusiasmo, compromiso y generosidad. Muchos de los asistentes hicieron un alto en sus responsabilidades laborales y personales para ofrecer su tiempo al Señor, convencidos de que Él es nuestra fuerza y nuestra guía.
Desde la comunidad de Coquimbo, se vivió un espíritu de acogida fraterna, dando la bienvenida a las delegaciones de Vallenar y Valparaíso que llegaron peregrinando desde sus localidades. Esta experiencia evidenció, una vez más, que el carisma de Santa Marta sigue vivo en nuestras comunidades: Fe, Servicio y Acogida como pilares de la misión pastoral.
Al finalizar, los participantes expresaron su alegría y el anhelo de que este tipo de encuentros se repitan, pues alimentan la vida espiritual y fortalecen los lazos de familia entre quienes conforman esta gran comunidad educativa inspirada por el Evangelio.