Silencio y belleza
El itinerario es mucho más que un simple recorrido cultural y naturalista para descubrir las imágenes marianas que salpican los jardines del Papa: es una peregrinación, una experiencia espiritual y contemplativa favorecida por el silencio, la belleza de las obras artísticas dedicadas a la Virgen María y las maravillas botánicas que caracterizan el espacio verde, verdadero oasis de paz, que ocupa aproximadamente la mitad de la superficie de todo el Estado Vaticano.
A través de la creación, una alabanza al Creador
Mayo con María. “En este itinerario – explica a Vatican News sor Emanuela Edwards, responsable de la Oficina de Actividades Didácticas de los Museos Vaticanos – podremos ver muchas estatuas e iconos marianos que decoran los Jardines Vaticanos y con los que los Papas a lo largo de la historia han querido honrar a la Virgen María. Es una manera de estar cerca de María en este mes de mayo que está dedicado a ella”. Cada parada va acompañada de una explicación sobre la obra de arte y la historia a la que hace referencia y termina con el rezo de un Ave María.
María, la flor más bella de la creación
Arte y fe acompañan pues al visitante-peregrino favoreciendo a través de la contemplación de la creación, la alabanza a Dios, Creador de toda Belleza. “Es una tradición de la Iglesia – continúa la religiosa – dedicar el mes de mayo a la Santísima Virgen María porque así como en este mes la naturaleza despierta y se muestra en toda su belleza, así honramos a la flor más bella de la creación: la Inmaculada Concepción. Si además pensamos en el hermoso rezo del Santo Rosario, recordamos que fue creado para ofrecer, idealmente, a la Virgen una corona de rosas que luego se convierten en Ave María”.
El itinerario de la devoción a María
Entre olivos centenarios, cedros, pinos, cipreses, acompañados por el perfume de las flores y el canto de los pájaros que pueblan los Jardines Vaticanos en esta estación, pasan bellas imágenes marianas: la estatua de Nuestra Señora de la Guardia, donada por los genoveses a Benedicto XV en recuerdo de la aparición al campesino Benedetto Pareto, o la escultura de la Virgen de Fátima, recuerdo de las apariciones a los tres niños pastores portugueses en 1917 y de los fenómenos que las acompañaron, como el milagro del sol, pero también del atentado sufrido por San Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981.
Dulce y maternal es la mirada de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, donada en el 2006 por el obispo de Ventimiglia a Benedicto XVI en recuerdo de la estatua milagrosa que en Taggia, en 1855, movió los ojos y tomó la apariencia de una persona viva.
Una pequeña gruta de Lourdes en el Vaticano
A continuación llegamos al monumento dedicado a Nuestra Señora de Guadalupe, que recoge el momento en que Juan Diego abrió su manto, mostrando al obispo Juan de Zumárraga las flores que habían florecido fuera de temporada en el lugar donde más tarde se construyó el santuario. Especialmente cautivadora es la parada ante la reproducción de la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes, que, hoy como en tiempos de León XIII, permite rezar en el Vaticano a la Virgen Inmaculada que se apareció en Francia en 1858 a Bernadette Soubirous.
Aquí se encuentra el altar que originalmente se guardaba en el famoso santuario mariano y que más tarde fue donado a San Juan XXIII.
El itinerario conduce después, idealmente, a América Latina con las diez imágenes marianas veneradas y realizadas en mosaico por varios artistas o con la Virgen de Luján, patrona de Argentina y particularmente querida por Francisco. “Esta obra – señala la hermana Emanuela Edwards – fue realizada por Alejandro Marmo que, por voluntad del Papa, utilizó material de descarte para recordarnos que ante Dios nunca se tira nada sino que siempre todos somos recuperados por su misericordia”.
Tras la audiencia general del Papa
El calendario del Mayo con María ofrece al peregrino y turista la oportunidad de participar en esta experiencia, además del sábado, el miércoles, día de la catequesis del Papa en la Plaza de San Pedro: “Una vez terminada la audiencia, se puede disfrutar de este maravilloso itinerario espiritual”. Las visitas que se pueden reservar en la página web de los Museos Vaticanos están abiertas a todos, incluidas las familias con niños o personas con discapacidades sensoriales, motoras e intelectuales. Estas últimas podrán beneficiarse de la reserva específica en la dirección de correo electrónico education.musei@scv.va.