La molestia a su rodilla no fue impedimento para que el Papa sostuviera una activa agenda de encuentros esta última semana. Además de celebrar el Domingo de la Misericordia y de orar el Regina Coeli junto a una Plaza de San Pedro atiborrada de fieles, el Santo Padre tuvo tiempo para consolar al pueblo de Sri Lanka a tres años de los atentados que golpearon a dicho país. Francisco también renovó en su apostolado a los misioneros de la misericordia, y tuvo una emocionante audiencia con cientos de devotos de la Virgen de las Lágrimas. En su catequesis durante la Audiencia General el Papa insistió una vez más en la urgencia de promover el diálogo entre adultos mayores y jóvenes.